Acabar con el hambre en el mundo:
los proyectos más
futuristas para realizar la vieja utopía en el mundo.
¿Puedes imaginarte no tener
nada qué comer durante un día? ¿O no saber cuándo será la próxima vez que
podrás comer? Este es un problema diario para casi mil millones de personas
alrededor del mundo. Esto significa que una de cada ocho personas no recibe
suficientes alimentos y nutrición para llevar una vida normal y saludable. Sin
embargo, ¡existen muchas cosas que podemos hacer para ayudar a acabar con el
hambre! Es posible que pienses que el hambre es un problema muy grande como
para que tú lo puedas resolver por ti mismo, pero juntos somos más grandes que
el hambre. Las pequeñas acciones se van sumando y podemos hacer una verdadera
diferencia en las vidas de muchas personas en todo el mundo. La Insignia Acabar
con el Hambre te ayudará a aprender sobre las causas del hambre, la importancia
del derecho a la alimentación y pasos que podemos tomar para ayudar a acabar
con el hambre.
Así comienza el folleto “Insignia
acabar con el Hambre” publicado por ALIANZA MUNDIAL DE LA JUVENTUD Y LAS
NACIONES UNIDAS (YUNGA).
El hambre en el mundo ya es un
problema, pero el crecimiento de la población no augura un futuro mejor. Varios
proyectos se postulan como candidatos para solucionar la escasez de recursos
que impedirá alimentar a buena parte de los habitantes del planeta el día de
mañana.
Podemos fácilmente
ver que un caos alimenticio podría avecinarse.
Aunque
suene a profecía disparatada, lo cierto es que el crecimiento de la población
mundial es insostenible: en 2050 el planeta estará
habitado por unos 9.000 millones de personas y, para
entonces, la tasa de producción de alimentos actual será
insuficiente.
Hay quienes sitúan en el año 2040 ese punto en el que el mundo podría colapsar
ante la dramática falta de comida.
Estas
predicciones no parecen tan lejos de la realidad si se tiene en cuenta que por
culpa del mal reparto de los recursos ya hay, según la FAO, cerca de 800 millones de personas subalimentadas
en todo el mundo.
Sin embargo no todo es desesperanza. Distintos
proyectos pueden empezar a ofrecer algunas soluciones para superar las obvias
limitaciones de espacio.
“Para
alimentar a 9.000 millones de personas con 200 gramos de fruta y verdura al
día, necesitamos 90.000 kilómetros cuadrados”, explican desde PlantLab. La
propuesta de esta compañía holandesa pasa por utilizar esa superficie,
pero en vertical.
Altas torres o viejos edificios
rehabilitados podrían convertirse así en verdaderas fábricas de alimentos, en
las que cada piso fuera una plantación donde el sol se combinará con luces LED.
PlantLab
no solo propone esa suerte de agricultura en altura para amortiguar los
problemas de espacio, sino que, además, sus cultivos llevarían la eficiencia por
bandera: tanto la cantidad de luz como
la de agua o el aire fresco necesarios se calcularían matemáticamente para,
de paso, minimizar
los residuos producidos por las plantaciones. Si aprovechar
el espacio es importante, hacerlo en todas y cada una de las fases del proceso
es imprescindible.
Comida
de laboratorio y en miniatura
El cultivo en miniatura se postula como otra posible
solución. Una estantería de apenas 2
metros de alto y 40 centímetros de fondo sería suficiente para que cada uno
produjese en su propia casa las verduras y hortalizas necesarias para hacer una
ensalada al día.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaQz6X9dexomVAncPaMJLXtO1s1OrDXDE2CBPB96tDoGno9CBu18XhA3HIUGTwRXbpI6UMx_7ob1hPz-BmeCOI8o3AO2-woLwp-VKpdWXhAEm8ozRxlwUScQ6ytQIktRDprNa01XbfEdA/s640/groven2.png)
La
compañía estadounidense Grove
Labs ha desarrollado esta despensa en la que podemos cultivar
nuestros propios alimentos. Las grandes extensiones
agrícolas se ven sustituidas en este proyecto por pequeñas plantaciones
hidropónicas (que cambian el suelo por disoluciones minerales) destinadas al
autoconsumo.
Pero
no solo de verduras y hortalizas vive el hombre, así que también habría que encontrar una solución que satisfaga la necesidad de carne. En
este caso, nada de poner granjas en edificios o meter animales en la cocina
para autoabastecerse. Hace un par de años, un grupo de científicos holandeses
presentó un logro que revolucionaría el sector alimentario: una hamburguesa creada a partir de células madre de vaca
en un laboratorio.
El
invento acababa de un plumazo con varios
problemas. Su fabricación reduce en un 45%
el gasto energético y, además, emite un 96% menos de gases de efecto
invernadero respecto a la producción de una hamburguesa normal. Todo ello, en el 1% de la superficie necesaria para producir
carne de forma convencional.
Sin
embargo, esta hamburguesa que lucha contra el cambio climático y la falta de espacio
en el planeta tenía un problema: en origen, su precio, Sin embargo, el tiempo
ha convertido esta carne de laboratorio en una alternativa real. Ya está disponible por unos doce dólares (algo
más de diez euros) y se espera que su precio siga bajando. “No creo que pase
mucho tiempo antes de que lleguemos a nuestro objetivo de 65 o 70 dólares el kilo”, manifiesta el responsable del
proyecto Mark Post.
El investigador espera que en diez
años se pueda fabricar esta carne de laboratorio en contenedores del tamaño de
una piscina olímpica y alimentar con ella a 40.000 personas durante todo un
año.
Si
a ello le sumamos que el precio será asequible, esta hamburguesa hecha a
partir de células madre es una seria candidata a formar parte
de ese selecto club de alimentos futuristas que podrían
acabar, por fin, con el hambre en el mundo.
encontramos que el desarrollo de tecnologías aplicadas harán cada vez un mundo sin hambre, un mundo donde se utilicen menos tierra y más eficiencia, la agricultura vertical entre otras técnicas mitigarán las dificultades para abastecer a la creciente demanda de alimentos en el mundo, esperamos que en un futuro no muy lejano no haya hambre en ningún rincón del planeta.
https://youtu.be/dAeJ5RwqPFQ
Imagen de portada: Grove Labs
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidgsXmNdIPp3tZ-W3hZuXp4CoUraTOuHEAc2FmdJ8BiI8QBABysaoUM3M4Cu0On98ShIUmykphrKTzjv4sKgIavNX-JGQZyNwQOHkn1oQMAlqH4wWZpYY2glrbo-ZRWtiMV0QJuRcBX70/s640/grove3.jpg)
Hay quienes sitúan en el año 2040 ese punto en el que el mundo podría colapsar
ante la dramática falta de comida.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgp1tq2sJOpEheW1poqiNOT1e4jqcvyWhCwD3ucPgYsNi3r3V61TjFwdiSQOvhBHGRSYPGJKajofcA8BVEOf569N3fPgeGDy5yusWJKaDPFWcqdHCzW3XQbw4Im3TVyqG6ME0AkO22Pza8/s640/groven.png)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaQz6X9dexomVAncPaMJLXtO1s1OrDXDE2CBPB96tDoGno9CBu18XhA3HIUGTwRXbpI6UMx_7ob1hPz-BmeCOI8o3AO2-woLwp-VKpdWXhAEm8ozRxlwUScQ6ytQIktRDprNa01XbfEdA/s640/groven2.png)
encontramos que el desarrollo de tecnologías aplicadas harán cada vez un mundo sin hambre, un mundo donde se utilicen menos tierra y más eficiencia, la agricultura vertical entre otras técnicas mitigarán las dificultades para abastecer a la creciente demanda de alimentos en el mundo, esperamos que en un futuro no muy lejano no haya hambre en ningún rincón del planeta.
https://youtu.be/dAeJ5RwqPFQ
Imagen de portada: Grove Labs